INÚTIL
B 20.06.10 B 20.06.10
¡Miguel te dije que limpiaras el establo!, ¿ésto te parece limpiar?. Áselo de vuelta, inútil. No sueltes el potro, que hay yeguas en celo, es la segunda vez que te lo digo.
Ya no vas a basurearme más Sarita, bien que cuando hacia por las noches de padrillo quedabas opípara, como una boa que se comió a un cordero.
Mientras hablaba, bajaba del carro el cadáver de Sara, estaba envuelto en unas cobijas viejas, cavó en el monte lo suficiente para poner el cuerpo, tomo de un lado las mantas, tiro y lo hizo rodar hasta que éste cayo en la precaria sepultura. Presentaba un tajo en la garganta de oreja a oreja y su faz antes rosa ahora era de un blanco tiza, sus cabellos rubios empapados en su sangre como todo el cuerpo, parecía un arlequín, se encontraba desnuda, a pesar de unos cuarenta años largos, se conservaba bien. No la tapo mucho con tierra, esperaba que los animales dieran cuenta rápidamente del cadáver, escupió sobre la tumba
---Alemana, carajo, aquí no me vas a joder más, saludo a los gusanos.
Un ruido, entre los matorrales próximos, lo sobresalto, apareció Fito: el perro de la difunta
---Animal jodido ¡fuera de acá! arrojándole un terrón de tierra
---Mandate a mudar carajo, en cuanto te agarre le vas a hacer compañía.
Cargo la pala, otros enseres, y las mantas usadas, se encamino para la casa. Llevo el carro al corral, desato al caballo lo acomodo en su lugar, saco las mantas, los enseres y lavo el carro con unos baldes de agua, aumento la luz del farol para cerciorase que todo estaba bien. Se dirigió a la nave principal llevando las cobijas y las fue arrojando en el hogar en el cual había un profuso fuego.
Fue a la cocina, el trabajo le dio hambre, se lavo las manos en la bomba y se reviso la ropa, la camisa y pantalones tenían sangre, ya se los cambiaria. Corto una buena porción de jamón, y pan. Arriba del armario había puesto el llavero, ya que la maldita cerraba todo, saco una botella de ginebra y del pico comenzó a beber, después de saciar su apetito se armo un cigarro y fumo despaciosamente. Tenia que encontrar donde guardaba el dinero, más o menos sabia, fue a la habitación de ella y comenzó con la madera de la tranca golpear las tablas del piso, corrió un poco la cama, golpeo, el sonido en una de las tablas es diferente, la levanto, tomo una lata la abrió y se encontró lo que para el era una fortuna, ¡mil doscientos pesos! Y algunas joyas de oro, se quedo impávido viendo su tesoro. Coloco la madera como estaba y se llevo inclusive la lata. Se miro en el espejo del ropero, se quito la camisa y los pantalones. En el baño se aseó y repaso todo, ya que en ese lugar la había degollado, ropa que también arrojo al fuego, se dirigió hacia su habitación, volvió unos pasos, llevo la botella de ginebra, se acostó. Al despertarse a la mañana lo que primero vio es el maldito perro, tenia un pedazo de trapo, no alcanzo a ver lo que era ya que vociferando le arrojo una alpargata.
La alemana lo había conchabado sin firmar nada por lo tanto nadie sabia que estaba ahí tomo las cosas necesarias para un viaje, mateo un rato, ensillo su caballo y partió, el atardecer lo sorprendió en una arboleda, ahí hizo noche. AL amanecer una luz le daba en la cara, era una partida de milicos, y llevaban con un cordel a Fito, este tenía en su boca un pedazo de poncho, el mismo que tenía puesto, lo revisan: encuentran lo hurtado y su cuchillo teñido de sangre.
En ese momento escucho claramente la voz de Sara, “SOS UN INUTIL”.
Jorge OMAR Gos
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